sábado, 9 de mayo de 2020

Los 12 motores que cambiaron el mundo


Hablar de los motores que cambiaron el mundo suena de lo más épico, pero no es nada fácil. Es difícil encontrar qué motores se puede decir que realmente cambiaron algo, y sin embargo es fácil encontrar motores que tal vez podrían estar en una lista de grandes motores, o motores especiales por algún rasgo o característica.
Vamos a intentar recoger algunos de los que tal vez podrían ser esos motores que cambiaron algo en el mundo y en la historia, que tuvieron un gran peso y protagonismo, o que supusieron un punto de inflexión, marcando un antes y un después, una nueva línea a seguir... pero claro, quizás no estén todos los que son.

Motor diésel


Le podremos criticar el ser ruidoso, no sonar muy bien, echar humo, contaminar más y muchas cosas, pero la realidad es que el motor diésel, su gran robustez, fiabilidad y durabilidad, su menor consumo y coste de uso, así como la forma de entregar su potencia y par motor (mucha fuerza a bajas revoluciones), ha sido realmente importante para el mundo, sobre todo para el transporte, la agricultura, la minería o las obras públicas.
Camiones, autobuses, maquinaria y barcos han recurrido a este tipo de motor durante un siglo. Cierto es que mucho ha llovido desde que en 1893 el ingeniero alemán Rudolf Diesel lo inventara para MAN: los motores diésel han cambiado, y ahora también hay diferentes alternativas, pero siguen siendo motores de gran importancia, y que ahora, además, contaminan menos que nunca, gracias a diferentes estrategias y filtros.

Ford V8 de cabeza plana


Para los españoles no tanto, pero para los americanos sí que significa mucho el motor V8 de cabeza plana que desarrolló Ford en 1932, que puede considerarse el primer motor de producción en serie masiva, del que se fabricaron millones de unidades, con solo ligeros cambios con las décadas.
No hay que llevarse a engaño, no inventó Ford el motor de ocho cilindros con dos bancadas de cuatro cilindros cada una dispuestas en V compartiendo un mismo cigüeñal: los primeros V8 fueron motores para aviones de hélice de la primera guerra mundial.

Motor Wankel


El motor Wankel, o motor rotativo, no es un invento reciente. Su patente, registrada por el ingeniero alemán Felix Heinrich Wankel, data de 1929, aunque llevó varias décadas depurar y mejorar el diseño, hasta los años 60 cuando se comercializó el primer coche con motor rotativo, el NSU Spider. Es un motor totalmente diferente a los que existían y a los que utilizamos, y prescinde de los cilindros.
Es además un motor más compacto y ligero, muy potente e incluso más silencioso y con menos vibraciones. Era un motor que pretendía cambiar de verdad los motores de combustión interna, pero no lo consiguió, ni siquiera con el empujón que le dió Mazda. Son motores que consumen más, en los que es más difícil reducir emisiones contaminantes y que suelen sufrir más desgastes por rozamiento interno. Una pena lo que pudo haber sido, y no fue.

Motor turbo


Es muy difícil seleccionar un motor turbo en concreto, ¿hay que recordar los motores turbo de SAAB de los 80? ¿los motores biturbo y triturbo que estamos viendo en los últimos años? Lo que está claro es que el motor turbo, en un término más amplio y general sí tiene que estar en esta selección.
El turbo, o turbocompresor, es un sistema de sobrealimentación del motor que aprovecha la energía de los gases de escape para hacer girar una turbina que a su vez hace girar un compresor del aire de admisión, y si entra más aire en los cilindros, entra también más oxígeno y se consigue más potencia. Cliff Garret fundó la Garret Corporation en EEUU en 1936, cuando empezaron a fabricar turbos.
El turbo comenzó a utilizarse en maquinaria, por ejemplo Caterpillar, y en locomotoras. Fue en los años 60 cuando llegó a los motores de coches. Aunque ha estado muy vinculado a los motores diésel, ha estado presente también en los motores de gasolina y en la competición, tanto en Indianápolis como en la Fórmula 1. Hoy en día es muy difícil encontrar un coche que no tenga algún motor turbo.

Motor HEMI


Este motor también tiene más significado para los americanos que para los europeos, salvo que se sea un apasionado del mundo del motor. El motor HEMI es normalmente un motor V8 de gran cilindrada (big block). Como nombre, HEMI fue registrado por Chrysler en 1951, aunque tampoco fue este el primer motor de este tipo que se construyó. Se conocen desde 1901.
Actualmente todavía se fabrican motores HEMI. Su nombre, hemi, viene de hemiesférico, por ser de esta forma la cabeza del cilindro, forma que entre otras cosas permite válvulas más grandes y mejor orientadas, lo cual redunda en más potencia a altas revoluciones, aunque tiene como inconveniente también más emisiones. Se pueden encontrar motores HEMI en Chrysler, Ford, Dodge, Plymouth, Aston Martin, Jaguar, Alfa Romeo, Mitsubishi...

Motor Bóxer


El motor bóxer o de cilindros opuestos en horizontal es otro de esos motores especiales que podían haber cambiado muy mucho el mundo del automóvil, pero que tampoco lo han hecho. Eso sí, son motores muy importantes para las motosy para aviación. Hablando de coches se reducen básicamente a Porsche y Subaru, aunque Citroën tuvo algún que otro motor bóxer, y el mítico Volkswagen Escarabajo (Tipo 1 o Vocho) llevaba este tipo de motor.
Son motores que tienden a estar naturalmente equilibrados, son más planos, se pueden refrigerar por aire bastante bien y ayudan a tener un centro de gravedad más bajo en el coche.

Motor VVT


El motor VVT de Nissan o el motor VTEC de Honda son motores con tiempo de apertura variable de las válvulas, esto significa que se controlan de manera precisa los tiempos de apertura y cierre de las válvulas, de admisión y/o de escape, de modo que se consigue mejorar el rendimiento, consiguiendo más par, menos consumo y menos emisiones. Nissan controlaba el momento exacto en el que se abrían o cerraban, y Honda además controlaba la elevación o apertura de las mismas.
Lo de VTEC son siglas que responden a Variable Valve Timing and Lift Electronic Control System, y VVT ya os podéis imaginar (solo Variable Valve Timing). Nissan lanzó su motor en 1987 y Honda en 1989, aunque hoy en día hay diferentes marcas que recurren a esta tecnología o muy similar. Antes de Nissan y Honda, a finales de los años 60 FIAT patentó un sistema de apertura variable de válvulas en un motor de automóvil, aunque como otras veces, los primeros fueron los motores de avión.

Motor TDI


Vuelve a aparecer el motor diésel, y también vuelve a aparecer el motor turbo, pero ahora se le suma además la inyección directa del combustible dentro de la cámara de combustión. Estas tres letras han sido un éxito en los últimos 25 años, cuando Audi las presentó por primera vez en 1989, con el motor 2.5 TDI de 120 CV en el Audi 100. Tan simples, y tan eficaces, como otras tres siglas míticas también, GTI.
TDI responde sin más a turbo direct injection. Estos motores diésel, sobre todo el conocido 1.9 TDI de 90 y 110 CV, consiguieron lo que parecía que era imposible, que un diésel fuera más potente, más rápido, todavía consumiera menos y que todo el mundo quisiera comprar un coche diésel. De paso, con los años, también se consiguió que fuera menos ruidoso y menos humeante.
Tanto éxito tuvo el TDI, que casi todas las marcas de coches quisieron tener siglas parecidas: HDI, CDI, DCI, TDCI... De todos modos no fue el grupo Volkswagen el primero en lanzar un motor de coche turbodiésel de inyección directa, fue FIAT dos años antes, en 1987, con el FIAT Croma TDiD. Está claro que el acrónimo TDI tenía más gancho y consiguió vender mucho más.
Pero la inyección directa se había utilizado ya antes incluso en motores diésel, pero no en motores de coches. Por cierto, aunque alguno pueda sorprenderse, para motores de coche la inyección directa llegó antes a los motores de gasolina que a los diésel, ni más ni menos que en 1952, con sistema de Bosch en modelos como el Gutbrod Superior y el Goliath GP 700E. Y una vez más, el comienzo fue en la aviación: en 1902 un motor V8 para avión tenía ya inyección directa (el del francés Leon Levavasseur).

Motorización híbrida


Si estamos hablando de motores que intentaron cambiar algo en el mundo, o que lo consiguieron, se hace imprescindible hablar de los híbridos. Más que motor, habría que hablar de motorización híbrida, pues no es un motor en sí mismo, sino el resultado de combinar varios motores. Lo más normal, y el que queremos incluir aquí, un motor térmico y un motor eléctrico (o más de uno, según el caso).
Un motor de combustión interna es inevitablemente ineficiente, la termodinámica es así, y tiene sus leyes. Pero un día alguien por fin demostró que una parte importante de esa energía que se desperdicia en un coche, se puede recuperar y aprovechar para así mejorar algo la eficiencia final del mismo. El consumo de un coche híbrido viene a ser un 30 o 35 % menor que el de un coche similar convencional.
La energía que por ejemplo se pierde al reducir o frenar, se puede almacenar como electricidad en una batería (frenada regenerativa se llama esto) y esa electricidad puede hacer funcionar un motor eléctrico "gratis" y ayudar al motor térmico. Y si el motor térmico tiene ayuda, entonces consume menos, ahí está el truco.
De esta manera tenemos los coches híbridos eléctricos, entre los cuales el mayor y más conocido exponente es el Toyota Prius, que ahora está en su tercera generación, aunque no tardará mucho en ver llegar la cuarta, pero que apareció en 1998. No es desde luego el único coche híbrido, y Honda, por ejemplo, también desarrolló su tecnología desde hace tiempo, pero sí es el que más éxito ha tenido.
Hoy en día ya no hablamos de un bicho raro, ni de uno o dos modelos de coche híbrido, cada vez hay más modelos y de más segmentos, cada vez hay más marcas, y cada vez hay más variantes: híbridos de gasolina, híbridos diésel, híbridos con tracción a las cuatro ruedas, híbridos económicos, híbridos deportivos y hasta híbridos enchufables. En el mundo ya hay más de ocho millones de coches híbridos.

Bugatti W16


Este motor no ha tenido un reflejo masivo en el automóvil, entre otras cosas porque vale un dineral y en un utilitario sería casi más grande el motor que el propio coche, pero tanto alarde tecnológico sí merece ser citado. El grupo Volkswagen adquirió la mítica marca francesa con fundador italiano y se pusieron a trabajar en una barbaridad de motor, hablando de un coche que puede circular por la calle.
El Bugatti Veyron lanzado en 2005 lleva un motor W16, de inyección directa y cuatro turbos. Hablamos de un motor de casi ocho litros de cilindrada, con 16 cilindros en configuración de uve doble, con cuatro bancadas de cuatro cilindros cada una. La primera versión entregaba la nada despreciable cifra de 1.001 CV.
Por si acaso eso resultaba poco, la versión Super Sport de unos años después llegó a los 1.200 CV. Durante un tiempo fue el coche más rápido del mundo, con un récord de velocidad de 431 km/h, y también durante un tiempo fue el coche más caro del mundo.

Ford 1.0 Ecoboost


Este es el motor más reciente de todos los que incluimos en esta lista, y puede ser pronto para valorar realmente cuánto ha podido cambiar el mundo, pero sí podría considerarse el adalid de algo que ya ha comenzado, y que parece que seguirá adelante: los nuevos motores tricilíndricos que intentan aunar prestaciones razonables y un menor consumo.
El motor 1.0 Ecoboost de Ford reúne muchos elementos en un solo motor: downsizingtres cilindros, inyección directa, turbo, apertura variable de válvulas, bomba de aceite gestionada electrónicamente y refrigeración de los gases de escape. Y lo mejor, y no todos los nuevos motores de tres cilindros pueden decirlo, es que resulta un motor muy suave, muy silencioso y sin vibraciones.
Además es un motor que hace dudar a muchos conductores acerca de si realmente compensa comprar un diésel. Sus buenas características le han valido para ganar ya varios años el premio más importante que un motor puede recibir: el de motor del año en el mundo.

Motor eléctrico


Y para terminar, tenemos el motor eléctrico, así, también en término amplio. Es uno de los motores más antiguos, y a la vez el que más proyección de futuro tiene. Su origen data de 1866, de la mano de Werner von Siemens, que patentó la dinamo, un generador eléctrico que si funciona a la inversa es un motor. Con esta patente contribuyó al inicio de los motores eléctricos (el motor eléctrico de corriente alterna de inducción per se, es atribuido a Nikola Tesla). Aunque se discuta si el futuro del automóvil es el coche eléctrico enchufable o bien el coche eléctrico de pila de combustible de hidrógeno, ambos siguen moviéndose gracias a un motor eléctrico.
Y es que nuestro desarrollo de la ingeniería no ha conseguido todavía crear un motor más eficiente que el eléctrico: los motores eléctricos que se montan en los coches eléctricos actuales superan el 95% de rendimiento, dejando totalmente en evidencia al mejor de los motores de combustión interna. Además es un motor más compacto, más ligero, con menos piezas expuestas a desgaste, que requiere menos mantenimiento y más fiable y duradero.
Pero por encima de todo esto, el motor eléctrico es el que más presente está en nuestras vidas, y que más desarrollo y bienestar ha permitido, más allá del automóvil: no debemos olvidar que máquinas tan cotidianas como una lavadora, un aspirador, un secador del pelo, una taladradora, una sierra, una bomba para achicar agua, un generador, un ascensor, un tren o incluso el propio arranque de todo motor térmico de un automóvil, entre cientos de cosas más, funcionan gracias a un motor eléctrico.
Foto | Sfoskett
NOTA | Artículo originalmente publicado el 31 de diciembre de 2014 en Motorpasión, por Ibáñez


1 comentario:

Bere dijo...

Definitivamente la aparición de los Turbos, cambió completamente el panorama de los motores.