miércoles, 21 de julio de 2010

Parque Madrid Río

El lunes de la semana pasada decidí acercarme a la fiesta que se organizó por la tarde en Madrid, para celebrar el mundial de fútbol ganado por España. Fue en la explanada junto al Puente del Rey, a orillas del Río Manzanares, a un paso de la estación de Príncipe Pío. Desde luego había mucha gente.






Y ya que estaba por allí, aproveché para darme un largo paseo (cámara en mano) por el parque de Madrid Río (que aún no conocía en persona) en ambas orillas del río, entre el puente en Y y el Puente de Segovia, (algo más de 110.000 m2) sobre la superficie liberada al soterrar el tramo oeste de la M-30. Y aunque las obras de tunelación de la M-30 se terminaron en 2007 (parece que costaron algo más de 5000 millones de euros), aún hay varios tramos del parque por terminar. Para los que no seais de Madrid aquí teneis unas fotos de la M-30 antes de la tunelación, a la altura del Puente de Toledo. Después os dejo un par de fotos más con las obras de tunelación finalizadas, pero a la espera de ajardinar la superficie.






El parque es obra del equipo M-Río, formado por los arquitectos Ginés Garrido, Fernando Porras-Isla, Francisco Burgos, Carlos Rubio, Enrique Álvarez-Sala, y Arantzazu Lacasta. La verdad es que me ha gustado mucho, me parece diseñado con bastante buen criterio y resulta elegante. El paseo junto al río (sorprendentemente lleno de agua, cosas de las presas) se hace muy agradable y tranquilo (incluso el muy observador podrá encontrar alguna carpa chapoteando en el agua). Abundan los pinos (piñoneros, carrascos, halepensis) y también los álamos (blancos y negros), así como algún tilo y arbustos de lavanda, romero y santolina. También hay áreas de pradera regadas con agua reciclada.







El granito gris impera en todo el parque, unificando la imagen de este con la del resto de la ciudad. En el diseño se han esmerado en los detalles, y por supuesto, las piezas tienen secciones nobles para lugares nobles. No hay chapados endebles e indignos. Los pavimentos se han cuidado mucho, alternando diferentes despieces y texturas, como los adoquinados a la portuguesa (en algunos momentos quizás no del todo tan bien ejecutados como en Portugal). Además del granito también encontramos suelos de poclair en tono amarillo terracota, mármol negro, y terrizos de grava. Las barandillas son muy sencillas, de pletina de acero soldada (en el puente oblícuo con cable trenzado de acero inoxidable) y los bancos y las luminarias son modernas y agradables. Los petos del río se revisten de piezas de fundición de acero con un  delicado relieve.





El magnífico edificio de hormigón armado visto del Centro de Estudios Hidrográficos del arquitecto Miguel Fisac, se disfruta más que nunca, pudiendo ser observado con detenimiento, sin prisas, con calma, a la sombra de algún árbol. Parece que el edificio hubiera sido pensado para tener un parque delante de él, y no una autopista.








A los pies de los árboles dos tubos corrugados protegidos con fieltro geotextil permanecen a la espera para ser instaladas lámparas que reflejen luz sobre los mismos. El Puente de Segovia, consolidado (se ha afianzado su cimentación mediante micropilotes) y restaurado luce más limpio que nunca (aunque eso sí, la piedra siempre sincera no oculta su vejez).








Sólo tengo una última cosa que decir, observad la foto inferior y decidme que sobra en ella ... Al lado de la elegantísima obra de Fisac (a la izquierda en la imagen), y después de tan cuidado trabajo de jardinería y paisajismo, no puede haber mayor ignominia que esa masa amorfa, obscena y terrible que es el edificio (ni siquiera debería llamarlo así, ruego se me disculpe) de la sala de fiestas La Riviera (y como no tengo nada en contra de ella, mi consejo es que los propietarios derriben esa chabola pseudo-industrial y construyan un nuevo contenedor para la sala, digno del lugar y del acompañante) [y he sido muy benévolo con la fotografía, si veis la parte de atrás romperíais a llorar].






3 comentarios:

Gonzalo Martín dijo...

ibáñez, te invito a que también lo disfrutes durante la noche, pues las luces que acompañan el paseo están bastante cuidadas... y otro elemento más que añadiría a tu sección de destacados sería cómo los bosquecillos de pinos se transforman en palos hasta convertirse en parques infantiles de lo más escutóricos y originales ;)

Anónimo dijo...

Bueno parece que os ha gustado el parque. Estoy mas que de acuerdo con lo de la Riviera, eso es un chabolo.
El parque lo veo como de mala calidad, el granito (traido de china, que vi los palés) se rompe facilmente, y las piezas de hierro tampoco resisten mucho, las aceras de adoquines se abomban, no se porque, y sacan de su sitio los vierteaguas, en fin, yo lo paseo casi todos los días, y sobre las luces, todavia hay tramos, que estan en uso, que por la noche no encienden las farolas, sera por ahorrar, o ya se han roto???.
es un timo de parque, mucha pasta para tan pocas luces, claro, mucho mejor que la M30, eso no lo pongo en duda, pero un parque Low Coast

Ibáñez dijo...

Hola Anónimo, muchas gracias por tu comentario.

Antes de nada decir que el día que me paseé por el parque no encontré apenas pegas de las que comentas, pero desde luego, si tú te lo paseas casi todos los días, habrás tenido muchas más ocasiones de encontrar defectos.

No me sorprende que el granito haya venido de China, conozco ya varias obras en las que se han traído mármoles y granitos de China porque, aún a pesar de la distancia, salían bastante más baratos que los nacionales. Normalmente en las obras para la administración hay que ajustar muchísimo el presupuesto (y aún así las obras siguen costando mucho dinero). Normalmente la contrata que ejecute el proyecto más barato se lo lleva, y claro, luego puede pasar eso, que la calidad de los materiales y de la ejecución se vean mermados.

Respecto a que el granito se rompa o que las piezas de acero no resistan mucho, no sé que decirte, porque si la rotura se debe a comportamientos vandálicos y uso indebido, normalmente no hay material que lo resista.

Tampoco me encontré con aceras de adoquines abombadas, pero donde haya sucedido, tal vez se deba a movimientos de dilatación no previstos. La obra se entregó hace poco, y si no me equivoco, los defectos que se deban a una mala ejecución por parte de la contrata, podrían ser reclamados a la misma para ser reparados.

Y sobre las luces, pues nada te puedo decir, ya que no he estado por allí de noche, pero me pasaré un día a verlo para poder opinar.

Un saludo