Flower

Flower es una de esas joyas raras y escasas (en otra ocasión hablaré de otras más) en el mundo de los videojuegos, un extraño, independiente, atrevido y bello ejercicio de libertad creativa, original y diferente, poesía escrita en código binario. Realizar un juego distinto a las categorías a las que los jugadores están acostumbrados suele ser bastante arriesgado, ya que pueden no acompañar las ventas, aunque sí acompañen las críticas.

Es un videojuego realizado con esmero, cuidado, detalle, personalidad y cariño. Uno tiene la sensación de estar delante de un juego especial, no hay tiros, no hay prisas, no hay violencia. Es un trabajo audiovisual de impecable y emocionante calidad gráfica (en alta definición Full HD 1080p) y sobresaliente y delicada composión musical, pensado para disfrutar relajado y tranquilo delante de un televisor cuanto más grande y envolvente mejor.

El juego fue diseñado por Jenova Chen y Nicholas Clark, realizado por el estudio That Game Company (del que forman parte) y producido y distribuido por Santa Monica Studio (Sony Computer Entertainment). Se lanzó en febrero de 2009 para PS3 (PlayStation 3) exclusivamente a través de PlayStation Network (la tienda on-line de descargas).

La música, interpretada por instrumentos musicales en acústico, fue compuesta por Vincent Diamante, profesor de la Universidad del Sur de California, y está totalmente integrada con las acciones que se desarrollen en el juego.

El juego es simple y fácil de manejar: el jugador debe conducir un pétalo de flor que vuela impulsado por el viento por diversos paisajes, valles, praderas, montañas, ríos, desiertos, teniendo como objetivo encontrarse con otras flores para ir acumulando más y más pétalos y devolver luz y color a paisajes grises y apagados. Ver moverse las briznas de hierba al paso del viento y de los pétalos es fráncamente emocionante. Por cierto, el juego aprovecha la detección de movimiento del mando de PS3.

Y que mejor que verlo y escucharlo en movimiento: