Desde hace unos cuantos años en Europa, la eficiencia energética de los electrodomésticos se cuantificaba (para poder comparar fácilmente) en una escala de letras con 7 grados, entre la A y la G. Es la etiqueta energética. La A correspondía a los más eficientes y que menos energía eléctrica consumían, mientras que la G era para los más derrochadores.
Pues bien, como cada día (menos mal) se consiguen fabricar electrodomésticos cada vez más eficientes, la escala de clasificación energética ha tenido que actualizarse. La nueva etiqueta energética seguirá igual, pero con nuevas letras. Las tres clases más ineficientes (E, F y G) desaparecen. Por encima de la clase A aparecen tres nuevas clases aún más eficientes que consumen menos energía eléctrica: A+, A++ y A+++ (de hecho desde hace algunos años los fabricantes ya utilizaban las clases A+ y A++ (pocos aún). Los colores se mantienen, cuanto más verde mejor. Esta es la nueva clasificación:
Por cierto, también hay clasificación energética en los coches (de acuerdo a su consumo medio de combustible y emisiones de CO2) y en las viviendas (según su nivel de aislamiento térmico, eficacia de los sistemas de calefacción y agua caliente, incorporación de energías renovables), pero por ahora en estos se mantiene la escala de la A a la G.
Por cierto, al menos hasta final de año (según la Comunidad Autónoma) sigue vigente el plan renove de electrodomésticos, por el cual la administración (Ministerio de Industria + Comunidad Autónoma) concede ayudas económicas en la compra de nuevos electrodomésticos de alta eficiencia (clase A o superior dependiendo del electrodoméstico) siempre que se retire a cambio un electrodoméstico antiguo y menos eficiente. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid el importe de la ayuda varía según la eficiencia, y será mayor cuanto mayor sea esta.
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