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sábado, 25 de julio de 2020

Reto de autonomía eléctrica en un Renault ZOE (II)



El día D del reto de autonomía eléctrica llegó. Experimento una mezcla entre emoción y nerviosismo, porque al no conocer bien del todo el coche, no tengo claro que pueda quedarme sin autonomía antes de regresar. La cosa sería bien diferente si pudiera recargar a mitad de viaje, pero no puede ser y hay que hacer la ida y la vuelta tal cual.

Es por la mañana, me bajo al garaje, desenchufo el coche, recojo el cable, me subo y arranco. El cuadro de instrumentos indica que la batería está completamente cargada con un 99% (en el Renault ZOE no he visto nunca un 100%, debe de ser cosa de los dígitos de la pantalla). El indicador de autonomía estimada, que la calcula según el consumo medio de los últimos kilómetros, dice que tengo para 132 km.

Enchufado, cargado y listo para salir

Empezamos bien: tengo que hacer 146 km y el coche indica autonomía para 132 km

¿Recordáis cómo es la ruta? Os la expliqué con detalle en la primera parte: tengo que hacer entre la ida y la vuelta unos 146 km, y la mayoría por autopista o autovía (A2, M30, A4 y M506). Así, a priori, cualquiera diría que es mejor ni intentarlo.

Pero aunque este coche eléctrico no sea el mío para conocerle a fondo, lo que sí sé es que los indicadores de autonomía son solo una estimación y tampoco son del todo fiables, porque dependiendo de la conducción que realices en ese momento puedes hacer que resten kilómetros mucho más rápido, o puedes incluso ganar algunos kilómetros de autonomía.

Toca ser previsor. Si mantengo el consumo medio real por debajo de 15 kwh/100 km, la batería del ZOE debería darme para hacer unos 147 km, así que no que me quedaría tirado, aunque fuera por lo pelos... pero claro, ¿seré capaz de tener ese consumo medio también yendo la mayor parte del tiempo por autovía?

Sí, sí, dice 132 km de autonomía estimada pero yo quiero hacer 146 km...

El día se presenta además soleado, y casi seguro que tendré que encender el aire acondicionado en algún momento, y eso significa consumir un poco más. La ruta tiene diferentes límites de velocidad, por los alrededores de Madrid las autopistas y autovías no siempre dejan ir a 120 km/h, algunos tramos son de 100 km/h, y la M30 es de 90 km/h (si no 70 km/h por los túneles).

Por precaución, y porque más vale prevenir que lamentar, me planteo hacer una conducción tranquila y eficiente. Sabiendo además que cuanta mayor velocidad mayor es el consumo, decido que no debería sobrepasar los 110 km/h de velocidad máxima, por si acaso.

Intentaré evitar acelerones fuertes también, siempre que pueda, claro. En principio estaré pendiente del indicador de consumo instantáneo del coche, para intentar no pasar en aceleración de unos 25 kW. En ciudad y al frenar, la frenada regenerativa me ayudará a recuperar algo de energía, para que el consumo medio se quede al final en el que necesito.


En el maletero del Renault ZOE te llevas estas dos bolsas cada una con un cable de recarga, uno con enchufe convencional Schuko y otro con enchufe específico Mennekes, para poder enchufar en cualquier parte


Allá vamos, y ya no hay vuelta atrás

Empezamos. Me toca salir de Alcalá de Henares y llegar a zona Ventas, en Madrid. Este primer tramo son unos 31 km, casi todo por la A2. Aún siendo por la mañana, no he salido en hora punta, así que no sufro el atasco "gordo", pero al ser entre semana algo de tráfico hay. Con tranquilidad, sin prisa, pero sin pausa, me coloco en el carril derecho a unos 110 km/h como mucho.

Cuando me toca algún camión lo adelanto, y listo. Previsión y anticipación son las palabras clave para conducir eficientemente sin despilfarrar energía. Debo decir que aunque en los primeros kilómetros de A2 se podría ir a 120 km/h, con el tráfico que hay ir a 100 - 110 km/h no me parece tan lento.

Los kilómetros en el indicador de autonomía van bajando bastante rápido. Llego a la meta intermedia con 106 km de autonomía restante. El trocito de M30 que he cogido hasta Ventas y las cuatro calles que he callejeado han sido un respiro para la autonomía. He hecho 31 km de la ruta, pero ha sido "como si solo hubiera gastado" 26 km.


Toca irse a la siguiente meta intermedia en zona Usera, son 11 km de recorrido. Casi todo es por la M30, a unos 90 km/h, que tampoco se puede ir a más. Esta parte es más bien cuesta abajo, claro que para la vuelta será cuesta arriba. La M30 me vino de lujo, porque resulta que llegué con 110 km de autonomía estimada en el indicador. O sea, que recorrí 11 km y encima no desconté kilómetros, sino que "gané" 4 km más. Esta sensación de hacer kilómetros "de regalo" le sabe a uno muy bien.

Ya no queda más que enfrentarse al último tramo de la ida, desde Usera hasta el Parque Warner. Son 31 km más. Ya va entrada la mañana, y el sol empieza a hacer de las suyas. Hay que poner el aire acondicionado, aunque sea con una temperatura moderada (21 o 22 grados). Pues bien, el límite de 110 km/h que me he autoimpuesto no me viene tan mal, que la A4 y la M506 tampoco "dejan" ir mucho más rápido.

Llegamos al parque con una autonomía restante estimada de 85 km. Bueno, vale, bien, la vuelta son 73 km, así que teóricamente debería ser posible completar el reto... pero claro, para la vuelta seguro que tengo que llevar encendido el aire acondicionado todo el rato, y además la orografía es un poco más desfavorable y toca subir algo, lo que antes fue bajar.


Aprovecho para decir que el Renault ZOE, en el fondo un utilitario de segmento B de 4,08 m de largo, es un coche bastante cómodo. De hecho diría que es algo más espacioso que un Renault Clio, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, en altura y en espacio para las piernas. Además el maletero es un poco más grande también (tiene 338 litros, aunque las bolsas con los cables de recarga quitan algo de espacio).

Los 88 CV y 220 Nm son suficientes para moverse bien en un uso normal, tanto por ciudad, donde va muy bien, como por carretera, donde es más justo, pero correcto. El tacto y tarado de la dirección y el comportamiento del coche son bastante satisfactorios. El interior con tapicería oscura, en un tono azulón casi negro, es agradable al tacto y más sufrido que el interior en blanco con tapicería gris claro.

Es muy agradable conducir un coche de motor muy silencioso que responde instantáneamente siempre que se lo pedimos, aunque tenga una potencia modesta. Quizás tuve la sensación de que por autopista a alta velocidad el ruido aerodinámico podría ser menor. En ciudad es más agradable todavía, y lo mejor, al menos por Madrid, con parquímetros cada vez más caros, es tener la pegatina de vehículo de cero emisiones (locales) y poder aparcar en zona azul y zona verde sin tener que pagar.

A la entrada del parking de Parque Warner Madrid

La vuelta es un poco más complicada

Pues nada, que comience la vuelta... Hace calor y no se puede aguantar dentro del coche si no es con el aire acondicionado encendido. Con tanto sol me doy cuenta de que el parabrisas del Renault ZOE no es atérmico, sino convencional, y de cómo se nota claramente la diferencia con respecto a un coche que lleva parabrisas atérmico, o en otras palabras, un parabrisas de protección solar: entra bastante más calor.

Y también me doy cuenta de otra cosa que en la toma de contacto del coche en Lisboa en 2013 no observé: el salpicadero de color claro, en un día soleado, refleja mucho sobre el parabrisas y crea un efecto de velo o neblina un poco molesto. Aunque quede muy bonito, invito a Renault a cambiar el color de la parte superior del salpicadero por uno oscuro que no refleje, lo antes posible.

Los primeros 31 km de la vuelta hasta zona Usera terminan llegando a la primera meta intermedia con 64 km de autonomía restante. Empiezo a sorprenderme, y reconozco que hasta empiezo a estar más confiado, porque he "perdido" solo 21 km, aunque he recorrido 31. ¡Y con el aire acondicionado puesto!

Las llantas de aleación bicolor de 17" son opcionales, pero le quedan muy bien al Renault ZOE, eso sí, diría que los baches y adoquines se notan un poquito más


Desde zona Usera hay que volver a zona Ventas, por una M30 que ahora sube. Vaya si se nota. Si en la ida había recorrido esos 11 km "gratis" y además ganado otros 4 km más, en la vuelta gasto 4 km, y llego a la meta intermedia con 60 km de autonomía restante estimada. Aún así, empiezo a verme triunfador del reto, pues desde ahí hasta la meta final en Alcalá de Henares distan 31 km, y casi tengo el doble de autonomía.

La cuestión es si me estaré confiando demasiado y estaré lanzando campanas al vuelo antes de tiempo. Me enfrento al tramo final: A2, 110 km/h y aire acondicionado... Y va bajando el número de kilómetros del indicador de autonomía restante, inexorablemente más rápido que por la M30...

Pero llego. Sí, llego a la meta final, después de recorrer unos 146 km, la mayoría por autopista y autovía, y según el indicador de autonomía estimada con todavía unos 31 km restantes. Eso significa que todavía podría hacer, teóricamente, unos 176 km.

Según la computadora de a bordo el consumo medio del viaje ha sido de unos 12,1 kWh/100 km, echando cuentas eso significaría que la batería de 22 kWh útiles del Renault ZOE me daría para casi 182 km, no muy diferente de lo que estima el coche.

Pues nada, fuí y volví, y no me quedé tirado. Si es que tampoco hay que tenerle tanto miedo. Yo creo que hasta podía haber ido un poco más rápido y todo, allí donde el límite de velocidad lo permitía. Y algo muy interesante: con ese consumo me salieron los 100 km a 1,98 euros (y eso que no tengo tarifa supervalle, la nocturna, que me hubiera salido a algo menos de la mitad).


En Motorpasión | Reto de autonomía eléctrica en un Renault ZOE (I)

NOTA | Artículo originalmente publicado el 26 de noviembre de 2014 en Motorpasión, por Ibáñez

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