Entre la creatividad de los diseñadores y la imaginación de los artistas que se han dedicado a la ciencia-ficción, con toda una historia de películas mediante, el coche del futuro lleva décadas siendo imaginado, proponiéndose diferentes tipos de avances y tecnologías que, aunque fueran llamativas y hasta interesantes, no han terminado de llegar, y quizás nunca lo hagan.
En los últimos años el sueño para el futuro pasa por la conducción autónoma, por cada vez más sistemas electrónicos capaces de hacer que el coche vea por dónde va, sepa reaccionar y tomar decisiones, y sea capaz de conducirse él mismo, solo, sin la intervención del conductor. Pero, ¿y si al final esto del coche autónomo fuera como otros muchos avances e innovaciones soñadas que al nunca llegaron?
Y ojo, porque el hecho de que una tecnología exista y funcione tampoco es garante suficiente de que al final se vaya a utilizar y generalizar,
ya que pueden suceder muchas cosas, como que tenga inconvenientes que
no se habían previsto, que sea demasiado costosa o que no reciba el
beneplácito del consumidor.
Los coches autónomos emplean una tecnología real que funciona, pero, ¿de verdad tendremos uno todos en un futuro no muy lejano? Vamos a repasar algunos "avances" que no han terminado de llegar.
No tenemos coches sin volante
Pues no, algunos diseñadores, ingenieros e ingeniosos llevan más de 50 años dándole vueltas a esto del volante, con toda la intención de quitarlo del coche y sustituirlo por otro tipo de dispositivo de control, como algún tipo de joystick. Pero ahí sigue el volante circular (o más o menos circular), entre otras cosas porque nos gusta, y porque resulta ser de lo más eficaz, cómodo y práctico para manejar un coche.
No tenemos parabrisas con imagen
Y no nos referimos a un parabrisas sobre el que se proyectan dos o tres datos, como la velocidad y unas flechas de dirección, en cuatro colores (HUD), sino que nos referimos a parabrisas cual pantalla de televisión, que muestran cualquier imagen por compleja que sea, mapas detallados, imágenes de visión nocturna, y tantas otras cosas. Siguen siendo prototipos y deseos para el coche del futuro.
No tenemos impresoras en el coche
No señores, tampoco tenemos en nuestros coches ningún dispositivo de impresión en papel en el coche. Era otra de las cosas más chulas que podía llevar un automóvil hace unas décadas, emparejado con un ordenador en toda regla, con su pantalla, su teclado y su unidad de almacenamiento (tarjetas perforadas primero, disquetes después). Era lo más práctico y útil para imprimir la lista de la compra que nos enviaba la parienta, o la foto de los niños aprendiendo a nadar (claro que un coche de policía de hoy en día...)
No tenemos coches que hablan con nosotros
Aquello de KITT, el coche fantástico, hablando con el conductor con total naturalidad, y hasta bromeando con nosotros, tampoco ha llegado a los coches de la calle. Y sí, los ingenieros andan detrás de ello, hay tecnología para sintetizar voz, y hasta algunos coches lo han intentado más de una vez (me acuerdo del Renault 25, que ya decía cosas en los años 80, como que te habías dejado la puerta abierta, y siendo niño resultaba alucinante), pero no se ha conseguido ir más allá de unas pocas oraciones grabadas que siempre son iguales, y que distan bastante de poder llamarse una conversación (aunque con sistemas como Siri, está claro que los ingenieros siguen avanzando pasito a paso y puede ser que un día lo tengamos).
No tenemos cúpulas de acceso ni cabinas carlinga
En los años 50, con la explosión de la aviación, surgieron muchos diseños de coche con cabinas tipo carlinga de avión, totalmente acristaladas y con techos de tipo cúpula que además servían para entrar y salir del coche, elevándose como la de los aviones. Pues no, salvo alguna honrosísima excepción, no parece que se haya generalizado, no.
No tenemos coches de acero inoxidable, ni de titanio
La evolución tecnológica del automóvil también ha discurrido por el camino de los nuevos materiales. Se han buscado, y siguen buscándose, nuevos materiales que permitan mejores prestaciones, sean más resistentes, más ligeros o más duraderos. Desde luego que ha habido una evolución muy importante en este campo (aluminio, fibra de carbono, nuevos aceros), pero propuestas como el titanio o el acero inoxidable (DeLorean DMC-12), materiales que hacían la carrocería del coche casi eterna, no es que se hayan repetido mucho.
No tenemos coches con motores turbina ni motores a reacción
En esto de imaginar el coche del futuro no todo es cuestión de diseño ni de electrónica. En el automóvil también se han buscado otro tipo de motores alternativos que pudieran sustituir a los tradicionales motores de combustión interna de cilindros y pistones. Se llegaron a hacer prototipos con motores de turbina a gas, como por ejemplo el Chrysler TurboFlite, y hasta se llegaron a soñar coches con motores a reacción, pero no, aunque los motores existen y funcionan, tenían sus inconvenientes aplicados en un coche, y tampoco es que haya muchos circulando por las calles recién comenzado el año 2015.
No tenemos coches atómicos
Y menos mal, porque un coche con un reactor nuclear de fisión es algo terrorífico. Esta fue una de las propuestas más arriesgadas, e ingenuas, en cuanto a nuevos sistemas de propulsión para automóvil, de la que no llegó a hacerse ningún prototipo funcional. De todos modos, con propuestas como el Ford Nucleon, y otras, a mediados del pasado siglo muchos estaban convencidos de que serían el futuro. No lo fueron.
No tenemos coches de dos ruedas
El efecto giroscópico ayudaría a estabilizarlos. De hecho la tecnología, una vez más, existir existe, y funcionar funciona, sirva como ejemplo el Giro-X, pero para un coche no se ha aplicado semejante invento, ni ha enamorado a la industria, ni tampoco al consumidor. Para dos ruedas, las motos, oiga.
No tenemos coches voladores, ni con levitación magnética
Ni sistemas similares. Imaginados y soñados por escritores, cineastas y también algún que otro diseñador, la realidad es que esos coches voladores para despegar desde casa e ir al trabajo, como pudimos ver en películas como Blade Runner, Regreso al Futuro, El quinto elemento y tantas otras, tampoco están en las calles. Y ojo, que alguna especie de "coche volador" existe, y prototipos que funcionan hay, pero un engendro extraño que es más bien una avioneta o un helicóptero con alas plegables, dista bastante de un DeLorean DMC-12 con ruedas abatibles volador, ya nos entendéis.
No tenemos coches divisibles
O modulares, o como se les pueda llamar. Esto tampoco lo tenemos, aunque de vez en cuando aparezca algún prototipo que retoma la idea. El concepto es en parte interesante, pues se basa en tener un coche por módulos que se pueden separar según nuestras necesidades: solo el morro y dos plazas para ir al trabajo, el módulo de mando más el módulo de plazas traseras para ir con la familia, o hasta un tercer módulo con un maletero extra, para cuando toca viajar. Pero no, no parece que se encuentren muchos por la calle.
Claro que... el coche autónomo puede que sí termine llegando, se pueda vender a un precio asequible, demuestre ser eficaz y seguro y enamore a los compradores, nunca se sabe, igual es solo cuestión de tiempo, y al final todo llega.
Foto | Tabercil (Wikimedia CC)
Vídeo | Disney (YouTube)
En Motorpasión | Despídete del morro de tu coche y también del volante, porque podrían desaparecer
NOTA | Artículo originalmente publicado el 27 de enero de 2015 en Motorpasión, por Ibáñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario