jueves, 30 de septiembre de 2010

Limpieza de fachadas

Mi amigo Guibuu me mandó esta foto hace unas semanas, es tremendamente clara y concisa: limpiar una fachada (y en general, realizar cada cierto tiempo, tareas de mantenimiento y conservación de la misma, o del edificio) es más que recomendable. Se puede ver perfectamente la diferencia entre el antes y el después. La fachada es de un edificio de viviendas en el Lower East Side, en Manhattan (NYC), la fotografía es del fotógrafo Trevor Little. Los edificios de grandes ciudades con mucho tráfico rodado, suelen acusar graves ensuciamientos de sus fachadas por la polución atmosférica (fundamentalmente partículas en suspensión en el aire debidas a los motores térmicos de los automóviles). Parece que en este edificio están limpiando la fachada con agua a presión.


De todos modos limpiar una fachada no es tan simple como pueda parecer a primera vista, ya que si el método de limpieza no es el adecuado se pueden dañar los materiales y elementos de ornamentación de la fachada (se puede producir una excesiva erosión del material, puede decolorarse, se pueden desprender pequeños elementos decorativos, etc.). Es por esto que se debe de estudiar detenidamente el tipo de material de la fachada y su estado de conservación, así como el tipo de suciedad que presenta, para elegir el método de limpieza óptimo. 

Lo ideal sería que el sistema de limpieza no sea abrasivo (o lo mínimo posible), sea lo más superficial posible, no sea agresivo (es decir el pH del producto de limpieza empleado tiene que ser similar al del material a limpiar) y no disuelva la suciedad (sino que debe reblandecerla para que se desprenda, pero sin que se disuelva y penetre aún más en el material).

Con todo esto hay diferentes métodos de limpieza: el lavado con agua (nebulizada, a muy baja presión o baja presión), el chorro de agua a media, alta y muy alta presión, el fregado manual o mecánico con agua fría o caliente, el empleo de detergentes (con agua), el uso de disolventes químicos (con agua), la radiación luminosa y láser, el cepillado en seco (con cepillos de dureza diferente según la situación), el chorro de agua con microabrasivos o con arena, el chorro de arena en seco e incluso el esmerilado y tallado mecánicos.

Contratar a un técnico competente en el tema nos evitará disgustos.






lunes, 27 de septiembre de 2010

Guadalajara, Infantado

Un detalle de la Plaza de Los Caídos en la Guerra Civil, en la esquina del Palacio del Infantado, al comienzo de la Calle de Miguel Fluiters, Guadalajara.





Y el palacio, como no.







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Madrid, Fuencarral

Una vista de Madrid centro, desde una ventana de la planta decimotercera del Edificio Telefónica de Gran Vía, mirando hacia el noreste por encima de los tejados del barrio de Fuencarral.







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martes, 21 de septiembre de 2010

Semana de la Arquitectura de Madrid 2010

Faltan menos de dos semanas para que comience la séptima edición de la Semana de la Arquitectura de Madrid, que tendrá lugar entre el sábado 2 y el domingo 10 de Octubre, organizada por la Fundación Arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y el Ayuntamiento de Madrid.


Este año, dentro del cuerpo principal de La Semana, Abierto Arquitectura (del lunes 4 al viernes 8), se podrán visitar gratuitamente, acompañados de un guía del COAM, 15 + 1 edificios de la capital, tres por día, salvo el viernes que habrá un edificio extra, en recuerdo del recientemente fallecido arquitecto José Antonio Corrales. Este año, al celebrarse el 100 aniversario de la calle Gran Vía, se visitará cada día un edificio singular de la misma (o muy próximo).



El Lunes 4: Edificio Matesanz, del arquitecto Antonio Palacios; Torre del Banco de Bilbao (BBVA), del arquitecto Francisco Javier Saénz de Oíza; Teatros del Canal, del arquitecto Juan Navarro Baldeweg.




El Martes 5: Edificio Telefónica Gran Vía [entrada limitada, imprescindible DNI], del arquitecto Ignacio de Cárdenas Pastor; CaixaFórum Madrid, de los arquitectos Jacques Herzog y Pierre de Meuron; Casino de Madrid, del arquitecto L. y P. Fargé y J. López Sallaberry.




El Miércoles 6: Oratorio del Caballero de Gracia, del arquitecto Juan de Villanueva; Torre Picasso, del arquitecto Minoru Yamasaki; Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (Palacio de Fomento) de los arquitectos Álvarez Capra, Belmás, Saavedra y Velázquez Bosco.




El Jueves 7: Centro Cultural de los Ejércitos, del arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga;  Palacio de Longoria, sede de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) del arquitecto José Grases Riera; Archivo y Biblioteca Regional, de los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla.




El Viernes 8: Círculo Mercantil, del arquitecto Luis y Joaquín Sáinz de los Terreros Gómez; Torrespaña ("el pirulí") [sólo por el exterior] de los arquitectos Emilio Fernández Martínez  de Velasco y José Horta; Círculo de Bellas Artes, del arquitecto Antonio Palacios + antiguo Edificio Bankunión, hoy Sede de la Representación de la Comisión Europea en España y Embajada de Irlanda, del arquitecto José Antonio Corrales.






Tres de estos edificios requieren inscripción previa en la Fundación COAM: el Casino de Madrid, la Torre Picasso y Torrespaña. En el Edificio Telefónica  Gran Vía se requiere el dni para entrar (por el control de seguridad del edificio).

Los demás se pueden visitar libremente, sin embargo este año se pondrá a prueba una nueva forma de acceder a los edificios: entradas y bonos preferenciales, de pago, que permiten entrar sin esperar colas (a quien no le importe esperar en la cola podrá entrar gratis como siempre). Los bonos se adquieren en la Fundación COAM y hay tres precios (salvo cambio de última hora, mejor confirmarlo en la Fundación): 1 edificio, 3 euros; 3 edificios, 6 euros; 13 edificios (no se pueden incluir los que requieren inscripción), 15 euros (los bonos para varios edificios pueden ser canjeados en un mismo edificio por diferentes personas).

Además de las visitas a estos edificios, también se organizan visitas a la Residencia de Estudiantes, a la Ciudad Financiera del Banco Santander, al Edificio de Tabacalera en Lavapiés, o a la galería acristalada del nuevo edificio del Ayuntamiento de Madrid (el Palacio de Correos). También habrá itinerarios y paseos guiados (Mirando al Cielo, Madrid Verde, Paseo del Arte, Broadway - Gran Vía) [son de pago, 5 euros cada itinerario], conferencias y mesas redondas, visita al estudio de Norman Foster, exposiciones (Lamela, Navarro Baldeweg, Buckminster Fuller, Laboratorio Gran Vía, Brasilia 50 años, Poemas de Luz), etc.

Para conocer todas las actividades de la Semana al detalle y sus horarios podeis ver el folleto en pdf aquí, o consultar la web.




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lunes, 20 de septiembre de 2010

Words

Ayer mi amigo Guibuu me pasó el enlace para ver este vídeo. Reconozco que los 30 primeros segundos me desorientaron bastante pero al terminar de verlo me dejó un muy buen sabor de boca. El enlazado de las diferentes escenas es delicioso.


Ha sido realizado por Everynone, una pequeña productora en Nueva York y Los Ángeles (formada por Will Hoffman, Daniel Mercadante y Julius Metoyer) en colaboración con WNYC's Radiolab y NPR (Radio Pública Nacional). La música original que lo acompaña es del joven compositor, natural de Portland, Keith Kenniff (unseen).

Hay que verlo:








John Williams en el Auditorio Nacional

Hace varios meses publiqué un artículo sobre el espectáculo organizado por Lucasfilm (no lo voy a llamar concierto) Star Wars In Concert, el día después de haber asistido al mismo (fue el 20 de marzo de este año, en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid). A pesar de encantarme las películas de La Guerra de Las Galaxias y la música de John Williams, si habeis leído el artículo al que me refiero, vereis que me quedé un tanto decepcionado con ese espectáculo, sobre todo porque la sensación de disfrutar de una Orquesta Sinfónica y Coro en directo se vió completamente diluida por tener que oirla a través de unos altavoces (no quiero extenderme más en ello, para más detalles ahí está el artículo original). Una lástima. Me quedé con una espinita clavada desde entonces. 


El pasado sábado 18 de septiembre tuve la oportunidad de disfrutar de un concierto (de verdad) de una selección de piezas musicales de película obra del compositor norteamericano John Williams, interpretado por la excelente Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) en el espléndido Auditorio Nacional de Música de Madrid (inaugurado en octubre de 1988, obra del difunto arquitecto Jose María García de Paredes). No fuí solo, varios amigos tampoco quisieron perderse este concierto, y todos tuvimos la suerte de conseguir entradas para el mismo, por cierto, nada caras, 15 euros (gracias a Brunelegqui). Por supuesto habría música de Star Wars (aproximadamente la mitad del concierto).


El concierto empezaba a las 19:30 h, pero llegamos un poco antes de las siete, había ya mucha gente en la entrada, y nos esperaba una sorpresa: la OCNE se había tomado la molestia de contratar a unos figurantes vestidos con trajes de diferentes soldados imperiales, para amenizar la espera hasta el comienzo del concierto (creo que eran de un club de aficionados a La Guerra de Las Galaxias). Eso estuvo muy bien. La gente no perdía la oportunidad de sacarse una foto con ellos. Desde luego no iba a ser un concierto más.




La Sala Sinfónica estaba llena hasta arriba (unas 2.300 localidades), se habían agotado las entradas, y se notaba la ilusión de la gente por empezar el concierto (no faltaba nadie, mayores, jóvenes, padres y madres, niños ...). No había vendedores de cerveza ni de comida, pero ni falta que hacía: íbamos a escuchar buena música.


El concierto comenzó con la marcha de Indiana Jones (The Raiders March) de En Busca del Arca Perdida: menudo comienzo, fue realmente emocionante (se me erizaron los pelos y casi se me salta  alguna lagrimita) el público no pudo resistirse y la sala al completo rompió en aplausos a la orquesta. Después vendría E.T. (Adventure On Earth)  y para terminar la primera parte, una pieza para saxofón y orquesta de John Williams un tanto diferente, de la película Atrápame si puedes (Escapades). Salimos al descanso.


Al volver entra también el coro nacional, toda la segunda mitad (una hora aproximadamente) será una selección de temas de La Guerra de Las Galaxias, y la emoción aún se hace mayor. La suite de Star Wars (una hilada serie de temas de los Episodios IV y V, empezando por el tema principal y pasando por la marcha imperial) fue magnífica (y muy larga por cierto). Es magistral el uso que John Williams hace de trombones, trompas, trompetas y timbales. A continuación la suite de La Amenaza Fantasma (de nuevo una selección de temas del Episodio I) se volvió increíblemente subyugante al alzarse las potentísimas voces del coro en el tema Duel Of The Fates. Después de semejante bombardeo emotivo, el tema Across The Stars del Episodio II, más relajado, sirvió de transición hacia el ingente tema final Battle Of The Heroes (de nuevo con el coro como protagonista) del Episodio III.


Al terminar la enésima ovación del público, fue tal, que la orquesta, el coro y el director nos regalaron un tema inesperado, África, de la película Un barco llamado Amistad.

Fue un concierto sensacional de algo más de dos horas de duración. Creédme, no puede haber mejor forma de escuchar la excelente música de La Guerra de Las Galaxias, que en directo, y sin micrófonos, ni amplificadores, ni altavoces, por muy potentes que sean, o por mucho sonido THX de que se trate. Poder oir todos y cada uno de los instrumentos de la orquesta, viendo de cerca como son tocados por los maestros, percibiendo cada uno de los matices sonoros, sin perder ni un ápice de la riqueza acústica de ninguno de ellos, es inigualable, y dista mucho de un sonido enlatado y amplificado. La magnífica acústica de la Sala Sinfónica es un gran tesoro encerrado en el sencillo y discreto cofre del Auditorio Nacional. Pude quitarme la espinita clavada (y no gracias a George Lucas).

Toda aquella persona que disfrute con la música de verdad debería asistir al menos una vez en su vida a un concierto así.






jueves, 16 de septiembre de 2010

El precio de los Apple

Hace unos días mi amigo Guibuu me pasó un mail con esta imagen (una especie de informe o análisis) en la que se exponen motivos por los que no se debería comprar un ordenador Apple (un Mac, vamos) (creo que pudo salir de aquí). No tengo nada en contra de los productos Apple (de hecho a mí me gustan bastante), y no voy a decirle a nadie que no se compre uno, pero estar informado siempre me parece positivo, así que comparto la imagen con vosotros (podeis hacer click sobre el enlace bajo la imagen para verla en grande y leer los textos que están en inglés).


La verdad es que yo no me había dado cuenta de algunas de las cosas que se exponen en ese "manifiesto", quizás la más relevante sea que, si quieres instalar el sistema operativo macintosh (Mac OS X) en un PC (porque te gusta mucho, porque no quieres Windows ni Linux o por el motivo que sea), puedes hacerlo (no hay ningún problema técnico para ello), eso sí, creo que hoy en día sólo sería posible en plan "pirata" y se conoce como Hackintosh.


La verdad es que técnicamente, los componentes de un Apple y de cualquier otro PC son casi idénticos (o los mismos), sirva un ejemplo: el procesador, un Apple lleva procesadores intel como cualquier PC. Apple, como Hp, o Sony, o Toshiba o cualquier otra marca, fabrican ordenadores, pero los componentes que se montan en el ordenador normalmente son fabricados por otras marcas (por ejemplo Samsung o Kingston para la memoria ram, Western Digital o Seagate para el disco duro, ATI o nVidia para la tarjeta gráfica, etcétera, etcétera) así que un Apple o un PC están igualmente estandarizados.


La otra cuestión que se plantea es el precio tan alto de los ordenadores Apple: de esto yo (y creo que todo el mundo) ya me había dado cuenta. Es cierto que un Apple es muy caro, pero al menos desde mi punto de vista, en ese mayor precio en parte se está pagando por el cuidado diseño (que además normalmente marca tendencia y moda en otras marcas) y la excelente calidad de acabado, y esmero por los detalles, que tienen los productos (por ejemplo hechos de una pieza de aluminio, juntas casi invisibles, etc), además de ciertas optimizaciones, por ejemplo la batería de los portátiles Apple suele tener algo más de autonomía, etc. En ese análisis se compara lo que cobra Apple por un componente (memoria ram, un disco duro, una tarjeta gráfica, etc.) y lo que cuesta ese componente en cualquier distribuidor de informática: desde luego Apple cobra más por lo mismo (a veces duplica, e incluso algo más, el precio normal), añade a los productos un margen comercial muy amplio, porque sí. Hacerse un PC con los mismos componentes, o equivalentes, pero con un "exterior" diferente (sencillito diría yo) sale considerablemente más barato.


Apple no tiene problemas para vender sus productos, y como el mercado es libre, puede pedir por ellos un precio bastante más alto que el de coste, y aún así vende muchísimo, así que, ¿porqué no seguir vendiendo caro e ingresar más dinero? [en fin, el capitalismo es así, para lo bueno y para lo malo]. Lo cierto es que quien se quiera comprar un Apple, sabe que va a comprar un producto muy caro, y valora sobre todo la marca, el diseño, la exclusividad (y lo bonitos y elegantes que son, reconozcámoslo): cada cual que haga lo que quiera con su dinero (pero estando bien informado).

Pagar el doble por algo, sólo por su diseño, es discutible, es más, Apple podría vender sus productos por menos, sin perder diseño ni calidad, y aún así obtendría pingües beneficios (incluso Apple también fabrica en China, no nos engañemos). [Yo, como no me sobra el dinero, no me puedo comprar un Apple, por muy bonitos que me parezcan].





miércoles, 15 de septiembre de 2010

Casa en Mallorca, Álvaro Siza

El Arquitecto portugués Álvaro Siza Vieria (podeis visitar su web aquí), quizás el más destacado de su país, con permiso de Eduardo Souto de Moura (que fuera discípulo suyo) construyó (entre 2004 y 2007) esta elegante casa unifamiliar aislada junto al mar, en la península de Formentor, en Mallorca. Su imponente presencia escultórica de volúmenes fragmentados, blancos, puristas, de líneas rectas,  no deja a uno indiferente.



La vivienda se sitúa en una parcela de fuerte pendiente, de 3.587 m2, rodeada por pinos, al borde de un acantilado, con espectaculares vistas al mar. Se accede desde arriba, por el noroeste, a cota 26 m sobre el nivel del mar.




La casa tiene una superficie construída de 560 m2, tres plantas (sótano y dos habitables) y se organiza en tres bloques relacionados por pasillos-viaductos. Es curioso que, intencionadamente, al salón se le niegan las vistas al mar, abriéndose reservadamente a un pequeño e íntimo patio, siendo todas las demás estancias las que tienen visuales abiertas hacia el mar. El pequeño bloque norte, junto al acceso, es la vivienda del servicio.












Un último detalle para acabar: la poligonal línea zigzagueante de la cornisa de la cubierta plana ajardinada enamora a la vista. Como no, los maestros no descuidan ni el más pequeño de los detalles, y mucho menos las cubiertas, desafortunadamente demasiado olvidadas en la arquitectura convencional de nuestras ciudades.







[Las fotografías son de Fernando Guerra y Sergio Guerra, FG+SG].